6.9.13

Crónica de una pulmonía anunciada.

Llego a mi casita. Empieza a caer un diluvio. Me siento a salvo. Sin embargo corro porque compré cartón y se mojaba. Intento abrir. No puedo. Me mojo más. Toco como si alguien me viniera persiguiendo. No hay nadie. Corro a buscar a Don Nacho. No está y no dejó la llave de atrás. No puedo entrar. Vuelvo a intentar abrir y jalo la puerta como a una persona non grata. No se abre, la muy bastarda, me cae un galón más de agua encima. Me entra delineador, rimmel y más agua a los ojos, me arden. Corro a la tienda de la familia de Don Nacho. Sigo mojándome. Tengo hambre. LE marcan al señor, fue por material y se quedó atorado en la calle. Me desespero. Intento fumar. Mi encendedor se ahogó en mi bolsa, igual que mi libro. DonNacho llega. Toco muchas veces y abrazo mi cartonsito. Don Nacho había puesto el seguro por dentro...

ann

No hay comentarios:

Publicar un comentario